lunes, agosto 11

santiagofucker

Micros con verdes desteñidos
Las puertas se abren pero no para todos
Mientras camino en la calle incluso mi sombra me apura
¿Es santiago hediondo a rosas o a una puta?

Unos hombres pasan y comentan
que los autos son mas caros que las mujeres
yo paso a su lado y les pregunto
¿acaso los cerdos son mas inteligentes que ustedes?

Famoso ocioso, señor micrero, vendedor hijo de puta,
Estàncame en la escala social
hazme escuchar don omar
llevame a vivir a la cresta
pregùntame donde està finlandia
dèjame entrar a la micro
sin pagar
sin mirarte
sin saludarte

mi papà es un obrero que construirà..
unos regios edificios high tech
high tech es la mierda en la que jamàs vivirà
el come en la calle solo por que quiere
no por que no tenga un comedor
no por que no tenga sillas
no por que no sepa usarlas

Tàpate la cara.
El olor es asqueroso.
Gente fea
gente gorda
gente india
gente simetrica
gente pobre
Tàpate la cara
ya no se si respirar aquì
gente que desearìa que su cara fuera realmente cara

Este olor es asqueroso
ya no se si observar algo aquì
y esos clubes llenos de osos
de ladrones que esperan en las discos
Me aburren, con sus cinturones y sus pretensiones

Maricones y religiosos
En el fondo insisto en que todos somos osos

viernes, agosto 1

Sex and the city: Gansa, aterriza



Sex and the city (la pelìcula) me suena mas a una bofetada de brillo y color bobo entre tanto drama de vieja pobre que hay hoy en la humanidad. Me encontraba yo, anoche, en un cine lejano a mi lugar de actual residencia, viendo la historia de cuatro cuarentonas de la nueva nueva york, llenas de suerte, casualidad y buenos contactos, viviendo la vida que toda shilena promedio quisiera pero que, hasta no eliminar ese molesto rollo en la guata, olvìdalo honey. La pelìcula gira en torno a la eterna barbie-cara-de-caballo, Carrie Bradshaw, una escritora adicta a la sofisticacion que hace de todo en la pelìcula menos escribir, actually, ella se quiere casar, si, Carrie, la indomable victima de la moda y de los tacos raros quiere casarse pero ay dios no està segura, por que no sabe si su mega-pedazo-de-hombre-ultra-preparado-para-procrear, Mr Big (cuyo nombre real en la serie es John Preston, si, parecido al hijo de Britney, Sean Preston) està en la misma volà que ella. ¿Querrà un hombre con dos high profile divorcios previos a ella, volver a decir AI DU??? ¿Podrà nuestra heroina Carrie, una zorra a quien todos los gays envidian por que simplemente no les tocò ser como ella, obtener tal presa y de paso asegurar la continuidad de su supervivencia?, por que, aceptèmoslo, honey, como que Carrie me da la impresiòn de ser bien inùtil, està tìpica mina esposa-de que lo tiene todo solo por que vio la oportunidad perfecta en el lugar perfecto, de esas lolitas que se preguntan ¿què hace una shicoca como yo en un lugar como este?. Carrie es bien lesa de repente, por que jura de guata sentà que el amor realmente es la cura para el sida y para la falta de pan baguet en el mundo, si gallo, Carrie Bradshaw, la eterna single golden girl cree en serio que ella es LA persona mas importante del planeta y que sus tres amigas, Samantha la mujer del clitoris con vida propia, Charlotte, la que se hace la lesa pero se lo come doblado y finalmente Miranda, al parecer el personaje femenino mas inteligente y racional de toda la historia, la ùnica mujer en la pelìcula capaz de poner en una sola balanza amor y realidad, tienen que estar ahi para ella todo el rato, como una pendeja tween lìder del Villa Marìa, malvada y egocèntrica, que cree que todo el cosmos gira en torno a ella, la tipica pendeja culià que en el colegio no te pedia que le hicieras la ley de hielo a su enemiga forever todo el rato, te lo ORDENABA. Asi es la vida de la protagonista de "Sex...", una chica soltera pero idealista a la vez, càndida pero bien caliente aunque no se muestre en la pelìcula, porque al final todas pueden aparecer culeando menos ella, por que puta nada que ver, Carrie la rubia es tan angelical, con sus vestidos de Dior y Vivienne Westwood, con sus tacos caros de algun diseñador gay con mucho tiempo e imaginaciòn en sus rosadas manos, la mina llega a aburrir con sus pendejerìas, como cuando se enoja con Miranda sobre una estupìdez que cualquier persona normal que usa el transantiago con una vida normal dirìa, a ver honey, tai cagando fuera del tiesto con todo el flow. Carrie vive en un mundo de fantasìa y mi problema es que no se si ese mundo de fantasia de una alta sociedad, de ricos y cegadores cosmopolitans, de carteras REALMENTE CARAS y de una impresionante red social de contactos, sea a full comprendido por el chileno promedio, por el pùblico que anoche fue a ver la pelìcula, en su mayorìa grupos de amigas, puras mujeres que se las dan de liberales por que fueron a ver una pelìcula "que las identifica tanto" pero que rogaban que no fuera tan larga para volver ràpido a sus casas a atender a sus maridos, a sus hijos, o a chupàrsela a sus pololos, por que en eso la pelìcula si que entretiene, el doble sentido y la constante vaginizaciòn de todo en la vida por parte de Samantha, hicieron que la pasara muy bien. Los hombres de la pelìcula no estàn nada de mal, Mr Big, el modelo de hombre en mis sueños gays adolescentes y Steve que sufre una transformaciòn al mas estilo WOW WEON FOLLAME, verlo en la pantalla hacièndole el amor a la neuròtica y putijunti Miranda hicieron que mi dinero fuera totalmente worth it. En general, es una pelìcula entretenida, estèticamente, resalta el colorido y sin ninguna duda gallo, el buen gusto en el vestuario, en los diseños que se ocuparon y en el teñido de cabeza de Carrie, quien para simbolizar el vuelo de una mujer sufrida sobre las cenizas de la decadencia, se cambia de tono rubio 85 a castaño color caca glam, un color que debo decir que le queda super. Super linda pero super boba, igual que la pelìcula.

sábado, julio 7

El leñero hot

El otro dìa, vino el tipo de la leña, a descargar las toneladas que necesitamos en mi casa porque, puta viejo, el invierno acà es duro. Claro que yo no sabìa que iba a llegar precisamente ese dìa porque el acuerdo habìa sido para el dìa siguiente. Pero por esos contubernios de la carta astral, tocaron mi puerta ese dìa en particular. Me encontraba yo en la comodidad del dormitorio de uno de mis padres, con el volumen del televisor a toda raja, viendo el "I`m Going To Tell you a Secret" (cierto documental de Madonna) y cantando con mis pulmones ahora mas limpios que antes porque no fumo hace tanto tiempo, las notas de "Like a Prayer". Sì, como buen pinko que soy, me encanta Madonna.
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Ahì estaba yo, en toda mi gloria musical (no soy desafinado y no canto tan mal) creyèndome la diva en su mejor momento, cantandole a mis miles de fans inexistentes, cuando un ruìdo molestoso me devolviò, de la manito, a mi realidad tan austral. Sonaba el timbre.
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- Puta la wea, ¿¿quien chucha es?? Por la mierda.-
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Bajè las escaleras, raudo y consternado, no me gusta recibir visitas despuès de almorzar porque me baja todo lo que es el sueño y la pachorra crònica. Abrì la puerta, estaba èl, en toda su gloria poblacional, rico como nunca, con el overol de siempre, esa prenda tan casual, pero tan instigadora de mis pasiones que no han conocido receptor en mas de un año. Despuès de todos los traumas pasados, veo que no estoy muerto: aun me caliento. I`m human baby.
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- Hola, que tal - le dije, mientras no podìa evitar violarlo con los ojos. "Like a Prayer" seguìa sonando en mi cabeza. Es extraño pero nunca puedo pensar exclusivamente en una sola cosa, solo fumando un pito en confianza con mis primos logro evadirme de mi mismo, incluso cuando estoy teniendo sexo no puedo dejar de pensar en lo que voy a hacer mañana o en una semana mas. Neuròtico.
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- Hola, vengo por la leña, ehhhh (...) pasè porque ando con una leña mejor, mejor de la que les iba a traer mañana, no sè, no sè si te interesa, son $ 35 mil - me dijo indicando el camiòn estacionado en la calle.
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Mientras lo escucho, lo observo bien, miro su pelo negro crespo que no me gusta mucho, su cara de niño que me vuelve loco, sus cachetes rojos que para mi son como un fetiche porque me recuerdan al sexy judoka que nunca conquistè, su aspecto de haber quedado estancado en la escala social apenas a los 23 años, lo que le da un toque salvaje y bestial que me calienta aun mas. Como los obreros. No es flaite, no es picante, de hecho se expresa y desenvuelve bien, es normal, pero tiene ese aspecto de bestia bàsica que tira como los dioses, de hombre humilde de trabajo, con las manos duras y àsperas, de esos que no lo hacen, de esos que "montan", aunque suene ordi.
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-Ah, eh, sì, ni un problema, ¿pero es mucha?, ¿te ayudo?, a, ok, perfecto.
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El pequeño y destartalado camiòn estaba cargado, de SOBREMANERA, se le habìa pasado la mano al leñerito-bestial, casi me fui de culo cuando vi la cantidad de leña acumulada, igual nunca tan perro, tenìa que ayudarlo, no podìa dejarlo solo descargando toda esa monstruosidad de palos y yo arriba viendo a Madonna. Como tan vaca, como tan hueco, la caguè, asì que decidì, en la mas generosa y sin ninguna intenciòn de dàrmelas de macho del bosque, ayudarlo, porque era como mucho.
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Vulgarmente, me encaramè en la parte trasera del camiòn, igual me costò, pobre weon, porque el equilibrio nunca ha sido uno de mis dones y como pude, empecè a tirar todos esos palos al suelo, obviamente con un par de grandes guantes y un rollo eròtico-del-bosque de 35 mm proyectàndose en mi pantalla cerebral. Hacìa frìo, comenzaba a escarchar. Entre palo y palo, lo miraba, no en la sicòpata, nunca ha sido lo mìo eso del acoso patòlògico, mas bien soy tìmido y muy cortado cuando estoy con alguien que me gusta, me pongo weòn y no sè que decir, ya saben, la tìpica de la quincerañera trastornada. Me dì cuenta que en realidad no era rico, segùn lo que indica la etimologìa mas cruda de la palabra, sino que era comùn y corriente, pero tenìa un aire de pendejo calentòn, cargante, de esos que pasan por pernos pero que terminan siendo unas bestias en la cama, sorprendentes e impredecibles. No era "puta el medio mino me acostarìa con el ahora", pero la sombra se le dibujaba en la cara y en el overol azul lo suficiente como para estar pensando en èl.
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La tarde no tardò en esconderse.
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(...)
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No tenìa mucho tiempo. Podìa llegar en ese momento o en dos horas mas. El no hablaba, yo tampoco, como si nos diera verguenza decir cualquier cosa. Lo mirè, esta vez detenidamente y notè un pequeño lunar en su cuello. De la calle solo escuchaba los autos que pasaban, apurados, como indicàndome que tenìa que terminar con todo eso. Vulgarmente, nos habìamos hecho mierda, ahì mismo, en esa misma cama que ahora ocupàbamos como dos pendejos risueños, que no se convencen todavìa de lo que acaban de hacer.
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- No lo hacìa hace mucho tiempo.- le dije, no sin un tono vergonzoso, porque sì, me da lata ser tan moralista y enrollado y no poder pasarla mejor, tener mas citas, conocer mas gente y tirar como mi edad manda. Lo abracè, me acurruquè junto a èl, mi cara sobre su pecho y mis manos sobre su estòmago, rogando que nada interrumpiera ese momento. Tenìa rico olor. Su pecho era tal como lo habìa imaginado, no tan peludo, mas bien normal, pero lo suficientemente poderoso para hacerme sentir protegido.
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- Tranquilo, no digas nada - me dijo suavemente. De la fuerza mas dirigida habìa pasado a una ternura casi paternal que desconocìa.
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Pasaron varios minutos, en donde nadie dijo nada. No venìa al caso. ¿Què le iba a decir?. ¿Gracias? ¿Pasa la otra semana y trae mas leña?, a lo mas puto. Nada reemplazarìa ese momento: dos desconocidos, de edades similares, jugando a dormir en una pieza, cargada de ese olor, esas feromonas tan varoniles, tan ricas , tan familiares y distintivas. Su cuerpo parecìa la compañìa perfecta para ese momento, era amplio, musculoso y masculino, no habìa absolutamente nada de su cuerpo, de su piel, de los vellos de su pecho, que no me gustara o que me incomodara. Todo en èl me calzaba perfectamente, todo en èl me volvìa loco y no habìa nada de ese momento, sì, como en las pelìculas pero es verdad, que hubiera querido cambiar.
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Seguìa abrazàndome, cada vez mas fuerte.
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- Eres mìo, cagaste. No te voy a soltar, por eso te abrazo tan fuerte - dijo con una risa burlona. Pero estaba siendo sincero.
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Soltè un leve quejido de aprobaciòn y una risita tonta, casi imperceptible, escuchada solo por èl. No es por ser cursi, pero en ese momento indaguè en esa sensaciòn tan vestigial de pertenencia, en ese vìnculo que con tanta facilidad se puede degenerar. En ese momento, abrazado a èl, sì, le pertenecìa, era suyo. Habìa elegido ser vulnerable con èl. Su mano jugaba con mi pelo. Sus dedos eran largos y su mano me recordaba a mi padre. Era suave, pero àspera donde tiene que serlo, acogedora pero intimidante. Rogaba porque mi madre no llegara. Mi felicidad en esos momentos dependìa de eso. El me gustaba porque parecìa mayor de lo que en realidad era, en la cama era otro, parecìa que lo ùnico que querìa hacer era protegerme, cuidarme, igual que a un niño.
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- Cuando subìamos, me dijiste que no te gustaba el invierno, que te hacìa mal. En realidad no deberìa terminar, porque ¿cuando se acabe con que excusa voy a venir de nuevo?.- siguiò, con la cara llena de risa. Me hablaba despacio, su voz era suave, grave, no susurraba, solo hablaba como si estuviese disfrutando el momento, nada lo apuraba. Me apretò aun mas y yo me dejaba. Me sentì mejor. Los dos aun sudàbamos; estàbamos pegados, el no paraba de besarme la frente.
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- Weòn, me estas apretando - le dije, despacio y rièndome. Su respiraciòn era agitada. Tenìa mi mano sobre su pecho y perfectamente podìa sentir como su corazòn bombeaba. Estaba acelerado. Lo mirè, a lo que el respondiò sonriendo y tapàndome. Definitivamente no tenìa ganas de cambiar sàbanas esa noche. Querìa dormir con su olor repartido por mi cama.
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- ¿Èntonces puedo venir a venderte helados en el verano? - dijo mientras soltaba una carcajada. Sus labios eran gruesos y mientras decìa eso formaban una sonrisa que me pareciò irresistible. El comentario encerraba una inocencia y un sarcasmo que reflejaban todo lo que habìamos vivido y todo (y lo poco) que nos unìa. Eramos distintos. Me susurrò al oido un par de palabras. Se riò y yo tambièn, pero despacio, como si fuèsemos socios en ese crimen. Se tendiò sobre mì y comenzò a jugar con la curva de mi espalda, sus piernas me rodearon, me besò el cuello y los hombros, yo cerrè los ojos, cuando de repente empezò a respirar sobre mi cuello, agitadamente, cada vez mas ràpido.
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- De pronto, chequeo de realidad. Mis ojos estaban fijos en el camiòn. Me hablaban, era èl, sobre el pequeño camiòn:
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- Hey, ¿me vas a ayudar a descargar la leña o lo hago yo solo?. No sè cuanto tiempo habìa estado ahì parado.
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- No, ehm, yo, yo te ayudo.-

miércoles, abril 25

Montòn de Zorras


Hay veces en las que detesto vivir con una mujer. Son tan exageradas y volátiles, son verdaderas reinas del drama. Sobre todo los domingos, el dìa en el que Dios descansó pero ellas justo se ponen a limpiar la casa (sin previo aviso, porque uno siempre es el cavernícola insensible que no alcanza a levantarse antes que ellas para limpiar) y dale que limpian y limpian como verdaderas esquizofrénicas, encaramándose en los rincones mas LOL de la casa, como por ejemplo, las paredes del baño en las cuales ellas creen y asumen que hay millones de bacterias habitando en un montón de mugre las cuales DEBEN ser eliminadas inmediatamente de lo contrario los jinetes del Apocalipsis llegarán pronto. ¿Cuál es el problema que tienen las mujeres con la limpieza y la pulcritud?. OK, a nadie la gusta vivir en medio de la mierda y la inmundicia, pero ¿realmente tienen que ser tan exageradas?. Me descompone convivir con una mujer en día domingo, porque pareciera que todo lo referente al aseo, higiene y limpieza del hogar es un verdadero TEMA para ellas; es complejo. Cuando llega la hora de limpiar, todas las féminas que conozco se transforman (madre, primas, amigas, tías, etc) y se vuelven bastante desagradables. Durante toda la semana, todo bien, todo el flow, risitas, un sentido del humor de lo mas groovy y buena convivencia, pero puta llega el día domingo y se convierten en unas víboras, en las peores anacondas que uno pudiera encontrarse. Se ponen a limpiar absolutamente todos los rincones olvidados de la casa, con cara de “lo hago sola porque a ti no se te ocurre” y siguen el día entero con esa vibra tipo “nunca me ayudas en nada soy una mártir de la limpieza y por eso me merezco el cielo mas que tu”. Zorras del averno, quiero mucho a las mujeres pero verdaderamente las odio en día domingo. Con mis primas también me pasa, con mis amigas también me ocurría (acá no tengo amigas ni menopausia juvenil que aguantar), pareciera que toman la aspiradora o el estropajo y se ofenden porque uno no alcanzó a tomar el aparato en cuestión, primero que ellas, justamente porque ellas se adelantan, cuando uno igual lo iba a hacer. Porque uno no lo hace primero que ellas creen que uno no tenía la intención en primer lugar. Se ofenden y andan con esa cara de menstruación majadera simplemente porque uno no se encaramó sobre 5 sillas para llegar hasta ese recóndito lugar del rincón del techo de la pieza que nadie usa hace cien años. Montón de zorras, en día domingo son la contradicción andante, porque si bien son capaces de limpiar toda la casa ellas solas, se enojan y se sienten porque uno no las ayudò. Claro que a un hombre no le dan ganas de ayudar a una mujer que da la impresión de morder si uno se acerca a ofrecerle ayuda. ¿Entonces qué onda?. ¿Cuesta mucho pedir ayuda, solicitar una mano para limpiar algo?. ¿Por qué chucha sienten de antemano que tienen que hacerlo todo solas? Quieren hacerlo todo solas pero se molestan si uno no las ayuda, justamente porque uno asume que si quisieran ayuda la solicitarían. Si perfectamente todos podemos convivir en paz y amor si dividimos las tareas. Por lo menos eso creo yo. Este es un país libre y si uno quiere ayuda, pues bien, abre la boca y la pide. ¿Para que andar poniendo caras weonas de insatisfacción para dar a entender que se necesita ayuda?. Además que es bastante obvio que a mí no me dan ganas de acercarme a una mujer cuando veo que tiene la trompa de jurel de exportación hasta el piso. Entonces ahí como hombre se me produce una contradicción. ¿Querrá que le ayude?. ¿Estará con esa cara porque se siente poco considerada o porque el piso del baño está muy sucio? ¿Estará con esa cara por el plan nuclear de Irán? Si cuando le pregunté si quería ayuda me dijo que no, ¿ese “no” significará un grito desesperado de ayuda silenciosa o un no verdadero?. Desde ahora en adelante, cada vez que me encuentre en la desafortunada situación de estar con una mujer a punto de limpiar la casa, simplemente le ofreceré mi ayuda solo una vez. Si no quiere, me retiro a una pieza contigua, salgo a dar una vuelta a ver si está lloviendo en la esquina o haré cualquier cosa con tal de no estar con una mina buena onda transformada en una víbora. Pobre heterosexuales que tienen que aguantar a sus esposas/pololas/whatever en esas circunstancias. Solo espero que la vida con un hombre no sea así y que el desorden y la ropa interior esparcida en el suelo o los pelos de la barba en el lavamanos no sean problemas.


(mi intenciòn no fue ofender ni denigrar al gènero femenino, es solo una impresiòn de dìa Domingo)